El Design Thinking, o pensamiento de diseño, es una metodología que se centra en la resolución de problemas y la generación de soluciones innovadoras a través de un enfoque centrado en el usuario.

Se basa en la idea de que entender las necesidades y experiencias de las personas a las que se dirige un producto o servicio es fundamental para crear soluciones efectivas y significativas. Se trata de una serie de episodios que combinan la creatividad con el pensamiento crítico, seguido por el análisis y la construcción.

Se constituye como una metodología para crear ideas innovadoras a través de un proceso de cinco fases:

• Empatizar
• Definir
• Idear
• Prototipar
• Evaluar

 

Aplicar Design Thinking al aprendizaje implica adaptar estos principios y fases para abordar los desafíos y oportunidades específicos relacionados con la educación. Es una metodología innovadora que agrega valor en diferentes contextos, encontrando soluciones sencillas y con baja inversión, adaptadas a nuestros estudiantes y procesos de gestión. Se basa en aspectos colaborativos, en la propia observación, en experimentar y en la continua evaluación de los resultados obtenidos.

El DT en contextos de aprendizaje se caracteriza por ser una metodología:
• Centrada en el participante y que parte de la empatía y la comprensión de sus necesidades y motivaciones.
• Colaborativa, se beneficia y nutre de las diferentes perspectivas y de la creatividad de unos y otros.
• Optimista, cree que cualquier persona dentro de un equipo heterogéneo puede crear cambio, sin importar lo grande o complicado que sea el problema y el tiempo o recursos de los que se disponga.
• Empírica, permite fallar y aprender de los errores porque continuamente se crean nuevas ideas, se obtiene feedback de los demás y se reitera la posibilidad de proponer solución.

¿Cuánto más puede crecer tu organización con la inclusión de DT en los contextos de aprendizaje y diseño de nuevos procesos de gestión?