Las nuevas posibilidades con Big Data, Educational Data Mining y Learning Analytics
Toda organización educativa, comprometida con desarrollar y elevar los estándares en sus procesos de enseñanza – aprendizaje y además impactar en forma responsable y positiva en los sistemas, necesita incluir y trabajar en sus procesos con Big Data, Educational Data Mining (MDE) y Learning Analytics (LA), promover y crear entornos cuidados de aprendizaje adaptativo y tutoría inteligente y diseñar nuevos modelos de evaluación que acompañen los métodos y enfoques pedagógicos no tradicionales que emergen en el cambio de época que transitamos.
En el contexto actual, los antiguos paradigmas educativos no responden efectivamente a las brechas de aprendizaje que encontramos en cualquiera de los sistemas que podemos observar (educación, empresas, ONG, organismos oficiales, etc.), los modelos y patrones tradicionales entran en choque y median como obstáculos y no como facilitadores para los objetivos que se pretenden alcanzar. Entonces, es necesario un diálogo productivo entre todos los integrantes de la organización (interno) y los diferentes sistemas que componen nuestro entorno (externo), compartiendo no sólo información sino el análisis conjunto necesario para crear oportunidades de formación actualizadas, en procesos y competencias, que permitan acompañar las transformaciones permanentes.
Big Data puede dar respuestas en cuanto a datos con tamaño más allá de la capacidad de las herramientas comunes de software para capturar, almacenar, gestionar y procesar información en un periodo razonable de tiempo pero no sería suficiente sin la capacidad de observarlos con objetivos concretos, analizarlos, contextualizarlos, combinarlos, crear y decidir qué caminos tomar con esos datos.
¿Qué tenemos que contemplar para su aplicación
En este camino, encontramos las posibilidades que nos dan las Learning Analytics entendiéndolas como la medida, recolección, análisis y presentación de datos sobre los estudiantes y sus contextos con el propósito de comprender y optimizar el aprendizaje y el entorno en el que tiene lugar. Ninguno de estos ámbitos puede actuar en forma efectiva sin una relación funcional por parte de cada uno de los gestores educativos. Big Data y la Minería de Datos pueden representar posibilidades o peligros dependiendo de los patrones y las formas de comprender la educación y las perspectivas y objetivos desde los cuales nos relacionamos con ellos.
Para su aplicación y desarrollo es fundamental crear una cultura que permita, enfoque, contenga y acompañe esta inclusión, priorice el proceso necesario para su implementación y continuidad, invierta en la capacitación profesional de cada gestor y desarrolle estrategias coherentes y funcionales a cada ecosistema.
Es responsabilidad de la institución su desarrollo estratégico con datos que permitan una analítica descriptiva, diagnóstica, predictiva y prescriptiva, fomentar y facilitar en el plantel educativo la reflexión y feedback (en la acción y sobre la acción) que son posibles desde estos ámbitos. Luego, cada actor es quien siempre elige y responde desde su compromiso, y ese compromiso se evidencia en la acción, cada actor será quien acompañará o resistirá, podrá o no podrá incluir, quien necesitará su proceso de aprendizaje para apropiarse de formas de observar y accionar, de nuevas tecnologías, metodologías y pedagogías.
Entonces, es responsabilidad de la institución crear contextos que favorezcan la personalización, participación y productividad misma, esa que esperamos también en las aulas o entornos de aprendizaje. En tanto nos vinculemos con las nuevas propuestas contemplando que los propios sistemas educativos son organizaciones que aprenden, también a su propio ritmo, es que lograremos conversaciones y resultados diferentes. Una institución que pretende incluir estas actualizaciones sin contemplar su impacto en el sistema puede destruir las infinitas oportunidades que representan.
¿Cuánto más podría crecer tu organización con las nuevas tecnologías y pedagogías emergentes?