Empecemos por conocer qué es una Smart City
Ciudad inteligente (Smart City) es la visión holística de una ciudad que aplica las TIC para la mejora de la calidad de vida y la accesibilidad de sus habitantes y asegura un desarrollo sostenible económico, social y ambiental en mejora permanente.
Una ciudad inteligente es un espacio que utiliza la tecnología para dar respuesta a los crecientes desafíos con los que se relacionan las ciudades. El ciudadano es cada vez más digital, exige nuevas formas de relación y acceso a los servicios, donde se encuentre y a través de los canales que le sean más convenientes. Los elementos que componen una ciudad inteligente funcionan como un ecosistema abierto e interoperable.
Una ciudad inteligente permite a los ciudadanos interactuar con ella de forma multidisciplinar y se adapta en tiempo real a sus necesidades, de forma eficiente en calidad y costos, ofreciendo datos abiertos, soluciones y servicios orientados a los ciudadanos como personas, para resolver los efectos del crecimiento de las ciudades, en ámbitos públicos y privados, a través de la integración innovadora de infraestructuras con sistemas de gestión inteligente.
El concepto de ciudad inteligente integra tecnología de información y comunicación (TIC) y varios dispositivos físicos conectados a la red (Internet de las Cosas IoT) para optimizar la eficiencia de las operaciones y servicios de la ciudad y conectarse con los ciudadanos.
Aplicación en el Aprendizaje con Smart Learning
En este contexto llegó una nueva visión para el aprendizaje “inteligente”, emergiendo con un enfoque de diseño orientado a crear ecosistemas que respondan a las necesidades de los estudiantes y comunidades con la integración de Internet de las Cosas (IoT). El aprendizaje ya no sólo es una forma de entrenar al capital humano sino que se convierte en una de las fuerzas impulsoras del bienestar de las comunidades y no sólo se encuentra en el aula sino que está en cualquier sitio en donde el estudiante o participante del proceso de aprendizaje se encuentre.
Inevitablemente los tecnosistemas subyacentes y ubicuos, en los que se embeben la inteligencia, la sensibilidad y la capacidad de respuesta al entorno y a las interacciones, están desafiando el futuro del aprendizaje y promueven un rediseño de espacios, contextos, competencias técnicas y genéricas, contenidos, procesos, habilidades y enfoques de evaluación.
Así es como, estudiantes conectados desde sus dispositivos, chromebooks, pantallas y pizarras interactivas, las aulas digitales se constituyen como medios fundamentales para el aprendizaje colaborativo en red y el proceso de enseñanza en los contextos educativos, la formación liderada por el estudiante, Flipped Classroom (aulas invertidas), los aprendizajes basados en proyectos, se potencian con Smart Learning.
Los estudiantes aprenden a utilizar la tecnología en forma responsable para potenciar su proceso formativo dentro y fuera del aula. Entonces, se crean nuevos entornos de aprendizaje que incluyen las nuevas tecnologías y estrategias aplicadas a la educación como Big Data, IoT, Inteligencia Artificial, Gamificación, entre otras.
En estos espacios, el compromiso es brindarle al estudiante un ecosistema de aprendizaje flexible, colaborativo, experiencial y adaptativo, a través de herramientas interactivas, enfocado en su proceso formativo y propia trayectoria de aprendizaje. La clase Smart también tiene la capacidad de recolectar, almacenar, computarizar y analizar la gran cantidad de datos extraída de los estudiantes y su contexto para tomar las decisiones pedagógicas que potencien su formación, es un ambiente abierto que brinda al aprendiz un auténtico contexto de aprendizaje, estimulando su motivación, creatividad y aplicación de lo aprendido.